Desde el mes pasado, en el parque Juan Carlos I, crece un esqueje del famoso castaño de Indias que Ana Frank veía desde la buhardilla de su casa en Ámsterdam, donde se escondía junto a su familia de la persecución nazi.
El castaño de indias de 170 años que Ana Frank nombraba en numerosas ocasiones en su diario, no está en su mejor momento, se encuentra enfermo por un hongo y según los técnicos, el árbol morirá en cinco o diez años.
Al conocerse la noticia de la enfermedad del árbol, numerosas ciudades solicitaron a la Fundación Ana Frank un esqueje para que pueda ser plantado y así mantener vivo el recuerdo de aquella niña y de todas las víctimas del Holocauso.
Hoy uno de esos esquejes crece en Madrid, además, muy cerca del monumento a las Víctimas del Holocausto.
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