Uno de los lugares más concurridos de Madrid es la Plaza Mayor y ahora, a pocos días de la Navidad mucho más.

Los orígenes de la La Plaza Mayor se remontan al siglo XV, no sería hasta bien entrado el siglo XVI cuando la plaza adquiere un aspecto muy similar al que tiene hoy día. Desde sus orígenes, la Plaza Mayor fue uno de los mercados principales de Madrid y también un lugar para el ocio y el "espectáculo" en ella se han organizado desde autos de fe a corridas de toros.
Hoy la Plaza Mayor sigue siendo un lugar para el espectáculo, lógicamente ya no se celebran corridas de toros ni ajusticiamos a los herejes, ahora podemos ver conciertos y espectáculos de todo tipo. Tampoco la plaza ha perdido su actividad comercial y mucho menos ahora en estas fechas en las que se instalan los tradicionales puestos navideños en los que se pueden comprar todo tipo de adornos para la Navidad.
La tradición de este mercado navideño se remonta al año 1860, en el pasado lo típico no era comprar abetos ni figuritas para el belén, la gente compraba mazapán de Toledo, turrones y los capones o los pavos.
Desde el 1 de diciembre al 7 de enero, en horario ininterrumpido de 10 de la mañana a 10 de la noche, podrás comprar todo tipo de objetos navideños en la Plaza Mayor, bueno, navideño y no tan navideño, desde hace unos años existe la extraña costumbre de vender estrafalarias pelucas, ignoro el motivo por el que se venden, ni cómo unas pelucas tan espantosas pueden tener tanta aceptación por madrileños y turistas.
En estas fechas es muy normal ver a la gente con esas extrañas pelucas pasear por Madrid como quien no quiere la cosa, puede que se las pongan para protegerse del frío pero en España la venta de gorros no está prohibida así que habiendo gorros no entiendo el motivo por el que la gente va hecha un adefesio con una de esas pelucas, ¡misterios de Madrid!
No soy muy partidario de las pelucas, pero igual este año me animo y me compro una para ir hecho un Romino Power por todo Madrid, si la experiencia es buena puede que no me quite la peluca hasta bien entrado el calor.