Un buen lugar para dar un paseo en estos días de calor es el Invernadero de la Arganzuela, situado en lo que en los años veinte fue un almacén de patatas.
En 1992 el viejo almacén de patatas fue restaurado y habilitado para convertirse en un invernadero que acoge más de mil especies de plantas divididas en varias secciones, Flora tropical I, Flora tropical II y la zona de plantas crasas y cactáceas.

Lo más curioso del invernadero no son las plantas que allí puedes encontrar, son las absurdas y estúpidas normas que hay que cumplir para poder visitar este invernadero.
Al entrar hay que dar el nombre y número de DNI, algo que me parece extraño pero bueno, si no se es un terrorista no hay nada que temer, siempre queda la opción de inventarse una identidad.
Ya en el interior descubrirás una serie de normas que hay que cumplir, ignoro si hay algún tipo de penalización por su incumplimiento, pero si el que pone la pena es el mismo que las normas para la visita, es probable que la pena por su incumplimiento sea desde una sanción económica a la crucifixión en la Plaza Mayor, pasando por la imposición de un sanbenito.

Normas para su visita

Prohibido fumar, esta es lógica ¡quién entra a un invernadero fumando!

Prohibido acercarse a las plantas, aquí empieza el desvarío, ¿qué pasa si eres rozado por una de ellas? ¿son carnívoras?. Si se refiere a no tocar las plantas, vale, creo que es interesante comprobar el tacto de algunas plantas pero si con ello se evita el toqueteo y el posterior daño en las plantas pues veo lógica la medida.

Prohibido filmar, ¿por qué? ¿se dañan las plantas por ser filmadas? ¿el invernadero es un lugar militar estratégico? ¿en el subsuelo del invernadero hay una lanzadera de misiles con cabezas nucleares?

Prohibido fotografiar, mis dudas por esta prohibición son las mismas que en el punto anterior.

Para terminar, el cartel que indica estas prohibiciones dice que, si algún visitante ve a alguien incumpliendo estas normas, de aviso inmediatamente a los responsables del centro.

Vamos, que no sólo te prohíben hasta respirar, además de piden que te conviertas en un policía o en un delator.
Después de darme una vuelta por los invernaderos, fijándome más en los carteles de las prohibiciones que en las plantas, me he acercado a una de las personas que están en la entrada para preguntar el motivo por el que no se pueden hacer fotos ni filmar. La mujer no supo qué responder, sonrió y me dijo, como si de una funcionaria de la vieja URSS se tratara, que las normas son las normas.

Al escuchar esta respuesta no he podido resistir la tentación y he sacado unas fotos furtivas del invernadero, una de ellas es la que aparece en esta entrada.
Ignoro las terribles consecuencias de esta acción delictiva. Si en un par de días no actualizo el blog será señal inequívoca de que la CIA, el KGB y la Europol me han capturado y enviado a Guantánamo.