Uno de los lugares que suelen ser muy visitados por los turistas que vienen a Madrid es El Rastro, un mercado callejero que se instala los domingos en un céntrico barrio de Madrid.
Allí, en el corazón del mercado, se encuentra la plaza de Cascorro, donde podemos ver un monumento dedicado a un soldado, que mucha gente llama Cascorro pero que no se llama así.
El personaje a quien representa la escultura del monumento es Eloy Gonzalo, un Madrileño huérfano que no tuvo una vida precisamente fácil.
Desde muy joven ingresó en el ejército y es recordado por su hazaña en la Guerra de Cuba.
En 1896, en la población cubana de Cascorro, los españoles que luchaban contra los insurrectos cubanos se encontraban en una situación penosa, cercados y casi sin munición, a la desesperada, Eloy Gonzalo, en una operación suicida, atacó las posiciones de los insurrectos rociándolas con gasolina y prendiéndolas fuego.
Un año más tarde, el Ayuntamiento de Madrid quiso homenajear a Eloy Gonzalo con un monumento en Madrid, que sería inaugurado en 1902 por el rey Alfonso XIII.
Este monumento no sólo servía para homenajear a este soldado, además, fue una forma de ensalzar el heroísmo español en una época tan necesitada de héroes y en la que España perdió tantas cosas, no sólo personas y territorios.
La estatua está realizada en bronce y representa a Eloy Gonzalo con el rifle al hombro y una lata de gasolina bajo el brazo, caminando con firmeza para cumplir su misión.
Es obra de Aniceto Marinas y se encuentra en la plaza de Cascorro, antes llamada plaza de Nicolás Salmerón, pero los madrileños la llamaron popularmente plaza de Cascorro y con ese nombre se quedó.
No sé si con el tiempo al pobre Eloy le cambiarán el nombre como a la plaza, ya que mucha gente le llama Cascorro, ¡quién sabe!
Hace 4 semanas