El otro día, me acerqué a los pabellones de la Casa de Campo para ir al Japan Weekend, un truño nada recomendable. Por desgracia, la pésima organización hace que este evento, que podría ser bastante divertido, se convierta en un simple y cutre mercadillo de manga y poco más.
Es una pena la verdad, más cuando los chavales que van a este evento ponen todo de su parte, la mayoría disfrazados de sus personajes favoritos de videojuegos y manga para disfrutar de la cultura japonesa, un cero patatero para la organización.
Todo este rollo que he soltado viene porque, no me lo podía callar y porque unas horas antes de entrar en el pabellón donde se celebraba el Japan Weekend, me detuve un rato para hacer unas fotos a unos edificios y monumentos de la zona, entre ellos la puerta ruinosa que aparece en la foto inferior.
Cuando estaba haciendo la foto, unas mujeres que pasaban por allí se detuvieron muy cerca de mí y empezaron a especular sobre la historia de esta puerta, he de decir que todo lo que decían no tenía ni pies ni cabeza, así que aquí va un post sobre la verdadera historia de este curioso monumento.
La Puerta del Carmen, que es así como se llama, pese a su aspecto, es relativamente moderna. Fue construida en 1956 y es una réplica de otra puerta, la verdadera Puerta del Carmen que se encuentra en la ciudad de Zaragoza.
La puerta original data de 1789 y fue una de las puertas de Zaragoza. El valor de esta puerta es más histórico que artístico porque fue precisamente en esa ruinosa puerta donde los aragoneses lucharon heroicamente defendiendo la ciudad de las tropas de Napoleón. La puerta del Carmen es Bien de Interés Cultural y en 1908 obtuvo el título de monumento nacional en la exposición hispano-francesa.
¿Qué hace una réplica de la Puerta del Carmen en Madrid?
En la Casa de Campo, allá por los años cincuenta, se ubicaba un recinto ferial, anterior al actual, en el que cada dos años se celebraba la Feria del Campo, un certamen al que acudían diferentes regiones de España para vender y promocionar sus productos agrícolas y ganaderos. Fue una feria muy popular y se organizaba hasta mediados de los años setenta.
En este recinto ferial hubo más de cien pabellones, muchos de ellos representaban a las diferentes regiones y ciudades de España y, como en el caso del pabellón de Zaragoza, algunos contaban con una réplica de algún monumento singular y representativo de cada ciudad, en este caso fue la Puerta del Carmen.
Del pabellón de Zaragoza no queda absolutamente nada, sólo la réplica de la Puerta del Carmen.
En la actualidad, casi se pueden contar con los dedos de una mano, los pabellones que han sobrevivido a la absurda dejadez y estúpida fiebre de la piqueta de los años 70 y 80, entre ellos, el pabellón de Toledo y el pabellón de Cáceres que aparecen en las fotos inferiores y que hoy son restaurantes.