Anoche estuve viendo en el Teatro Compac de Gran Vía, la obra; Forever Young, la última producción del grupo catalán Tricicle.
En esta ocasión, Tricicle no son los que se suben al escenario, son los productores de esta obra que se estrenó en el año 2000 en Hamburgo y que, ha estado recorriendo media Europa con bastante éxito.
Unos días antes del estreno en Madrid, el canal de televisión local Telemadrid, hizo una entrevista a uno de los miembros de Tricicle, le preguntaron por la obra y dijo que la vieron por primera vez en Oslo, en una de sus giras, al parecer, quedaron entusiasmados, pese a verla ¡en noruego! y pese a que no saben ni una palabra de noruego, dijo que la entendieron perfectamente y se enamoraron de ella.
Lo especial de esta obra de teatro, que es un pequeño musical, es precisamente eso, la música, que es un hilo conductor de historias, compuesto por canciones muy conocidas que forman parte de la vida de todos nosotros.
La historia se desarrolla en una residencia de ancianos del año 2050, en ella vemos a un grupo de abuelos, que en el fondo somos todos nosotros, esperando la llegada del final de sus vidas. Esto puede sonar un poco deprimente pero, no lo es, yo diría que es una obra agridulce, muy divertida, con mucho humor negro. También se podría definir con la frase tan manida; “es un canto a la vida” una frase que odio profundamente. Casi siempre, cuando alguien define una película, un libro o una obra de teatro como “un canto a la vida” suele tratarse de un tostonazo deprimente, infumable, sólo apto para gafapastas ilustradas y educadas por las corrientes filosóficas centroeuropeas, de erudición infinita, obtenida por beber de mil fuentes y de alguna charca verde también. En este caso, os aseguro de que no es así, es un canto a la vida, que más diría yo que se trata de un canto a la felicidad, que nos recuerda, porque en ocasiones lo olvidamos, que lo verdaderamente importante en la vida, no es otra cosa que la propia vida, la única que tenemos y que sólo podremos vivir una vez.
La calificación madroñera de Es Madrid no Madriz a Forever Young es de 7 madroños, por la originalidad y por las excelentes voces de los artistas, en especial la de Dulcinea Juárez que fue la que más me gustó.
Todas las canciones, salvo en alguna excepción, son cantadas en su idioma original, la mayoría en inglés, quizás en algunos momentos el acento de los actores puede ser algo llamativo pero bueno, también a Nat King Cole le dio por cantar en español en su día y mira el éxito que tuvo y ese sí que tenía acentazo.
Teatro Compac Gran Vía
Hasta el 24 de abril de 2011