Hubo un tiempo en el que nuestros antepasados tenían que mirar al Sol para calcular la hora del día, para ello inventaron los relojes de sol.
Hoy casi nadie sabe leer la hora en uno de estos relojes solares, pese a ello, los podemos ver por todas partes, eso sí, la mayoría sólo cumplen una función decorativa.
Posiblemente, el reloj de sol colocado en el lugar más absurdo de Madrid, es el que se encuentra en el número 15 del Paseo de la Castellana.
Como se puede ver en la foto, se trata de un bonito reloj de bronce sobre un pedestal de granito. Se encuentra en una esquina, oculto, a la sombra de grandes árboles y rodeado de arbustos. El lugar es tan sombrío que casi pasa desapercibido.
No cabe la menor duda de que este reloj fue colocado allí por motivos exclusivamente decorativos, casi diría que cuando se colocó, ya era un lugar bien sombrío.
Se trata de un caso más de mobiliario urbano colocado en lugares absurdos, ya que no sólo no se ve sino que, además, no sirve para nada, bueno, quizás para que algún can acuda allí puntualmente y se alivie en su hora del paseo.