Uno de los lugares más bonitos del Retiro es La Rosaleda, que dentro de unos meses volverá a cubrirse de flores y se convertirá en uno de los lugares más visitados del parque.
En sus casi cien años de vida muy pocas cosas han cambiado en este lugar. La foto en blanco y negro fue tomada en 1920 y la de color hace un par de años. Como decía, pocas cosas han cambiado, excepto el gran invernadero que aparece al fondo en la foto de los años veinte.
El invernadero de metal y cristal fue construido en Londres y su propietario fue el Marqués de Salamanca, que lo tenía en su palacio del Paseo de Recoletos, el propio marqués lo donó al Retiro en 1876.
El invernadero estuvo en funcionamiento hasta 1930 y durante la Guerra Civil esta zona quedó totalmente arrasada, hasta que en 1941 se volvió a recuperar este espacio para los madrileños.