El Palacio de la Música de la Gran Vía Madrileña fue uno de los numerosos cines que hacían de esta emblemática vía, nuestro pequeño Broadway. El edificio fue construido entre 1925 y 1928, en un principio como sala de conciertos y posteriormente pasó a ser un gran cine.

La crisis de las salas de cine, ocurrida mucho antes de la gran crisis que estamos padeciendo, llevó a los responsables del cine a convertirlo en uno más de los muchos multicines que surgieron por toda la ciudad algo que, en mi opinión, le dio la puntilla, llevándolo a la ruina como ha pasado con numerosos multicines ya desaparecidos en Madrid. ¿Quién quiere ver una película en pantalla pequeña por el mismo precio que el una pantalla gigante como las hay en los cines de última generación?

En 2008 el Palacio de la Música pasó a manos de la Fundación Caja Madrid con el objetivo de reformarlo y convertirlo en un auditorio de música, una fantástica idea y un estupendo proyecto para Madrid y para nuestra querida Gran Vía.

En 2012, tras cuatro años de trabajos de reformas, la crisis económica, bancaria y política paralizan el proyecto, tirando a la basura más de cuatro millones de euros invertidos en este edificio.

En la actualidad el Palacio de la Música se enfrenta a un futuro incierto, por un lado podría acabar en un estado de ruina y abandono, pese a ser un edificio protegido. Por raro que parezca, se puede dar el caso de tener una protección especial mientras el edificio se hace pedazos, un caso sangrante de este tipo lo tenemos en el Beti-Jai y por desgracia no es el único. Otro posible destino al que se enfrenta el Palacio de la Música es el de convertirse en una galería comercial, otra más... de las que anda más que sobrada la Gran Vía.

Lo terrible del asunto es que nadie sabe qué hacer con este emblemático edificio. Ayer mismo la alcaldesa de Madrid, en una rueda de prensa mostró su deseo de que el destino del Palacio de la Música vaya unido a una marca comercial para que se genere actividad económica y empleo.

Un dato muy importante, que resaltó Paz González, delegada de Urbanismo del Ayuntamiento, ante las críticas recibidas por la oposición, es que el Palacio de la Música es de titularidad privada y no sólo eso, además, pese a lo que la mayoría de los madrileños creemos, no hay a día de hoy ningún plan especial para cambiar el uso de este edificio que no es cultural, sino terciario-recreativo. Esto quiere decir que se podría permitir darle un uso como sala de conciertos, un restaurante o una discoteca. Un dato muy importante a tener en cuenta.

Esta es a grandes rasgos la historia de este edificio y sus dimes y diretes políticos pero, ¿qué pasa con los madrileños? ¿Qué queremos hacer con el edificio? Estoy convencido de que todos queremos que sea un centro cultural, ojalá su destino sea ese pero por desgracia poco o nada podemos hacer... o quizás no.

Hace unos días recibí un correo de Fran Hernández, que está realizando una magnífica labor de recogida de firmas para reclamar a la Fundación Caja Madrid, entidad pública propietaria del edificio y al Ayuntamiento de Madrid salvaguardar el uso exclusivamente cultural del Palacio de la Música de Madrid. Ya lleva más de 6.000 firmas y pueden ser muchas más si firmas esta petición AQUÍ.

Iniciativas como la de Fran me parecen estupendas, da gusto ver a gente comprometida con su ciudad pero, de ser aceptada esta petición ¿cuánto nos costaría a los madrileños? Estamos hablando de destinar dinero público a un  edificio que por muy emblemático que sea no está en el primer puesto de las necesidades de los madrileños ni de Madrid, más teniendo en cuenta la ruina económica en la que estamos sumidos y que tiene visos de ir a más.


¿A qué destino se enfrentará el Palacio de la Música?



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Foto: Vía Internet