Según informa El País, la Comunidad de Madrid da luz verde al sacrificio masivo de especies invasoras, como son los mapaches y las cotorras argentinas. El motivo de esta medida tan drástica no es otro que la incompetencia del gobierno regional y el nacional a la hora de aplicar medidas para evitar la introducción de especies alóctonas, sin olvidarnos de la irresponsabilidad de las personas que liberan a los animales sin tener el cuenta el riesgo que ello provoca.
Esta medida es, a mi juicio, salvaje e inútil porque no sólo provocará la muerte de animales que ya viven con nosotros, también porque de nada sirve que Madrid tome ciertas medidas si en las comunidades vecinas no se adoptan las mismas. Esta absurda medida es producto de la incapacidad para tomar medidas a nivel nacional y del poco o nulo interés por la naturaleza de las Administraciones Públicas, por no hablar del carácter bárbaro, sanguinario y criminal de esta medida.
España es un país de fronteras que ha incorporado infinidad de especies, muchas de ellas ya naturalizadas en el medio natural como los gorriones que llegaron hace miles de años de Asia, los gamos que posiblemente fueron introducidos por los romanos, los muflones, las ginetas, así como otras muchas especies animales, por no hablar de las vegetales que viven en perfecta armonía en la naturaleza. Es cierto que los nuevos invasores pueden ser muy dañinos, ejemplos hay muchos en toda España, el mosquito tigre, el mejillón cebra, el caracol manzana, los visones americanos o los mapaches que abundan en la cuenca del Jarama y son animales peligrosos y dañinos pero matarlos no sirve de nada si no se aplican leyes a nivel nacional.
El caso de las cotorras argentinas es diferente, la mayoría de ellas viven en núcleos urbanos y, por mucho que digan, conviven perfectamente con otras aves urbanas, incluso con las abundantísimas tórtolas turcas que también son invasoras y que nadie dice nada de ellas.
Las cotorras, por ser las más visibles y las más ruidosas seguramente serán las primeras en ser las víctimas de esta fiebre alimañera que padece el gobierno de la Comunidad de Madrid, resucitar la figura del alimañero en España es un tremendo error que demuestra la incapacidad de gestión, la incultura y la brutalidad de quien dicta las leyes.
Desde aquí quiero denunciar y mostrar todo mi desprecio a las autoridades competentes y no sólo eso, haré todo lo que pueda para evitar esta masacre de cotorras por eso animo a todo aquel que piense como yo a denunciar por las buenas o por las malas el sacrificio inmundo de cotorras en Madrid.
¡NO A LA MATANZA DE COTORRAS EN MADRID!