Madrid cuenta con una gran oferta gastronómica, no sólo por los muchos restaurantes que ofrecen comidas de todo el mundo, además, la variadísima oferta culinaria española hacen de Madrid una ciudad con una oferta gastronómica muy rica y muy variada.
Cada día son más habituales los restaurantes en los que ofrecen platos elaborados con animales exóticos como el canguro o el cocodrilo, bichos que comemos con curiosidad y que con el tiempo pasan a formar parte de nuestros platos, como el avestruz por ejemplo, antes exótico y ahora fácil de encontrar en las carnicerías.
Pero en Madrid también podemos degustar otros productos, muy típicos y que poco a poco estamos apartando de nuestra dieta, normalmente porque nos dan un poco de repelús o asco, son los comúnmente conocidos como "casquería" que para muchos resultan repugnantes y para otros una verdadera delicia.
Normalmente la casquería se suele comer frita, es importante comerla recién hecha y calentita de no ser así aseguro por propia experiencia que cae mal y acabas asqueado durante años hasta que el organismo olvida aquella experiencia.
Los productos típicos de la casquería madrileña son:
Gallinejas, que no son gallinas pequeñas, se trata del intestino delgado, el bazo y páncreas del cordero que se fríen en su propia grasa y se comen con mucho pan.
Criadillas, que también se fríen y son realmente exquisitas, son testículos de toro.
Callos, se suelen comer a la madrileña, un guiso delicioso y muy típico de Madrid, los callos no son otra cosa que el estómago de vaca.
Mollejas de cordero, que son unos ganglios que tienen los corderos en el cuello, fritas con ajo y perejil están deliciosas.
Entresijos, intestinos del cordero.
Otros productos, menos típicos de casquería pero muy consumidos son los riñones de cordero, higaditos de pollo, sangre frita, sesos de cordero o la lengua de vaca.
Alimentos que a simple vista y a ojos de un extranjero son repugnantes pero que aquí comemos con gusto.
*Foto Wikipedia