La mañana del domingo fue muy soleada, después de toda una semana de lluvias se agradecía el poder disfrutar de un domingo tan luminoso y soleado.
Paseando por la calle de Alcalá, por los poco más de 300 metros que hay entre Sevilla y Sol, he podido ver a decenas de turistas, algunos perdidos mirando mapas y otros haciéndose fotos con su mejor sonrisa. Otros, turistas y autóctonos, venían de compras, se metían en los cafés o salían del museo.
Más adelante un grupo de técnicos hacían los preparativos para filmar una película o puede que un anuncio. ¿Por qué la mayoría de los técnicos de luz y sonido llevan rastas?
Llegando a Sol, un tipo de no más de cuarenta años, estaba desnudo y tirado en medio de la calle, creo que muerto, le acompañaba la policía y algún mirón que miraba con curiosidad la escena.
Una vez en la Puerta del Sol el bullicio de siempre, gente de todos los lados, fotos, loterías, predicadores, compradores compulsivos, las interminables obras de Fomento, despistados, algún chapero y donantes de sangre.
Resulta sorprendente la cantidad de historias, vivencias, vidas y puede que alguna muerte, se pueden dar cita en poco más de 300 metros.
Hace 4 semanas