Como ya he comentado en alguna entrada anterior, la tauromaquia tiene sus grandes defensores y sus detractores, cada uno de ellos expone sus argumentos a favor o en contra, con gran vehemencia, provocando, la mayoría de las veces encendidas discusiones.
Posiblemente sólo hay una cosa en la que pueden estar de acuerdo unos y otros, es en la belleza estética que rodea el mundo del toro. La belleza imponente de un toro bravo no deja indiferente a nadie, tampoco la imagen de un torero en la plaza, una imagen que nos evoca los combates entre gladiadores y fieras que se celebraban en todo el Imperio Romano del que somos herederos.
Una buena oportunidad de acercarnos a la parte más bella de la tauromaquia la podemos encontrar en Patas Chico, un bar flamenco muy conocido de Madrid.

Hasta el 20 de junio, podemos disfrutar de la obra de Juan Pelegrín, un fotógrafo que, a mi juicio, capta de una manera espectacular y realmente hermosa. el ambiente taurino.
Si no puedes ir o no estás en Madrid también puedes disfrutar de sus fotografías en su blog o en Flickr

Aprovecho esta entrada para felicitar nuevamente a Juan Pelegrín por su magnífico trabajo y por su amabilidad.