En la calle Alcalá se encontraba la casa-palacio del marqués de Torrecilla, un edificio construido en 1716 por Pedro de Rivera.

En el siglo XIX el palacio pasó por diferentes manos y tuvo diferentes usos, desde un hotel hasta un centro asturiano.
El palacio quedaría totalmente destruido durante la Guerra Civil, los continuos bombardeos que sufrió Madrid redujeron a cenizas el viejo palacio, sólo quedó en pie su fachada y la robusta y barroca portada.
Terminada la guerra el solar fue adquirido por el Estado y habilitado para dependencias del Ministerio de Hacienda, curiosamente, conservaron la fachada, algo que es de agradecer.

En la foto en blanco y negro podemos como quedó el edificio durante la guerra. La foto en color es como se encuentra en la actualidad.

Foto b/n Archivo Rojo.