Estos últimos días, la siempre concurrida Puerta del Sol, es el escenario de un movimiento llamado 15 M que, según parece, pretende hacer un llamamiento a todos los españoles para que no voten a ningún partido político las próximas elecciones municipales y autonómicas. Precisamente ayer por la noche, el gobierno desalojó a los manifestantes que pretendían acampar allí hasta el fin de semana.
La Puerta del Sol es el epicentro de todo lo que ocurre en España, tanto para bien como para mal, esa es la razón por la que toda protesta que quiera ser oída ha de pasar por este lugar pero, esto no siempre fue así.
La Real Casa de Correos, hoy sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, fue durante la dictadura franquista un edificio terrible conocido como DGSE, siglas de la Dirección General de Seguridad del Estado.
Durante el franquismo, no era nada recomendable atravesar esta puerta.
En sus sótanos se encontraban los calabozos que, según cuentan los que allí fueron encerrados, eran terribles. Las torturas y las palizas eran habituales en este lugar. En un principio, los detenidos no podían estar más de tres días encerrados allí pero, esto no siempre ocurría y la agonía de los presos se podía alargar muchos días más.
Ni que decir tiene que, en aquellos años de represión, estaba prohibido todo tipo de manifestación y mucho menos delante de la DGSE. A mediados de los años setenta las cosas cambiaron, Franco murió y la democracia llegó a España, incluso a este edificio que ha sido testigo mudo de infinidad de acontecimientos históricos.
Como curiosidad, en los calabozos de la DGSE estuvo preso José María Ruiz Gallardón, padre del actual alcalde de Madrid que, hace años tenía su despacho precisamente en este edificio, cuando era presidente de la Comunidad de Madrid, paradojas de la vida.
Más información en este estupendo post del amigo Bélok.