Atrás quedó el sueño olímpico de 2012 y 2016 pero parece ser que Madrid no se resigna. El pasado mes de julio el alcalde anunció la intención de volver a presentar a la ciudad de Madrid a la candidatura de los Juegos Olímpicos de 2020. La noticia fue recibida con ilusión por algunos, escepticismo por la mayoría e indignación por otros que creen que no estamos para hacer muchos gastos.
Desde que el alcalde hizo esta nueva propuesta, muchos se han lanzado a diseñar los logos que podrían ser los candidatos a ser elegidos para este evento. Uno de los primeros ha sido el diseñado por el Colegio de Arquitectos pero, debido a la decepción que nos llevamos en las dos clasificaciones anteriores en las que Madrid no fue elegida, pese a ser la mejor ciudad candidata a organizar los juegos, muchos madrileños ya se han tomado a cachondeo el tema de las Olimpiadas y están llenando la red de logos como estos.
Desde que el alcalde hizo esta nueva propuesta, muchos se han lanzado a diseñar los logos que podrían ser los candidatos a ser elegidos para este evento. Uno de los primeros ha sido el diseñado por el Colegio de Arquitectos pero, debido a la decepción que nos llevamos en las dos clasificaciones anteriores en las que Madrid no fue elegida, pese a ser la mejor ciudad candidata a organizar los juegos, muchos madrileños ya se han tomado a cachondeo el tema de las Olimpiadas y están llenando la red de logos como estos.
Inspirado en la mano multicolor de la candidatura del 2016, a alguien se le ocurrió usar otra vez la mano, esta vez no para saludar, sino de forma pedigüeña, mendigando para que nos den los juegos de una maldita vez, utilizando aquella famosa frase utilizada por muchos mendigos que dice: “es triste pedir pero más triste es que tener que robar”.
Otro de los logos que podemos ver por la red es este en el que los aros olímpicos se convierten en la cabeza de un alien que vaticina que en el 20.001 por fin lograremos que Madrid sea ciudad olímpica.
Estos son un par de ejemplos de logos olímpicos de cachondeo pero hay muchos más ¡y los que seguirán apareciendo!