Hace once años, un día como hoy, los madrileños vivimos en nuestras carnes el peor atentado de la historia de nuestro país. La confusión se apoderó de nosotros a primera hora de la mañana de aquel 11 de marzo de 2004, después le siguió el horror y, finalmente, la indignación y la rabia se apoderó de todos nosotros sin dejar a un lado la pena, una profunda pena.
Tras los atentados, los españoles mostramos lo mejor y lo peor de nosotros mismos, fueron días duros y muy tristes, más para las familias y los amigos de las 192 personas asesinadas, a las que no olvidamos ni olvidaremos nunca.