En este número de verano hemos dedicado el tema central a las leyendas urbanas madrileñas, porque una ciudad no sólo está hecha de edificios y calles, la gente y sus historias también forman parte de la ciudad.
Las leyendas urbanas, son historias curiosas e inverosímiles que se mezclan con el folclore, la superstición y con elementos sobrenaturales, todas ellas son relatos terribles que cuentan con un denominador común, una enseñanza, una moraleja. Antaño estas historias circulaban de boca en boca, enriqueciéndose en los detalles o añadiéndose elementos autóctonos, contribuyendo así a dar una supuesta veracidad a los hechos. En la actualidad, en el mundo globalizado en el que vivimos, todo va más deprisa y una leyenda urbana se extiende por todo el planeta en cuestión de segundos, casos como el del perro y la mermelada, la chica de la curva o el estallido de una prótesis mamaria a una famosa en un avión, son un claro ejemplo de ello.
En Madrid, como en cualquier otra ciudad del mundo, hay infinidad de leyendas urbanas pero, de todas ellas, hay dos que posiblemente se podrían definir como leyendas urbanas autóctonas y son las que aparecen en este número veraniego con el que nos despedimos hasta el próximo mes de septiembre.
Feliz verano