Todos sabemos de la existencia de fantasmas en Madrid, en el Palacio de Linares, el Ministerio de Cultura, el Museo Reina Sofía. El Metro de Madrid, como otros muchos metros de Europa es un lugar ideal para la aparición de esos supuestos fantasmas.
La primera historia de fantasmas que se conoce de el Metro ocurrió un año después de la inaguración de la primera línea de Metro, fue en 1920, concretamente en la estación de Tirso de Molina.
Se cuenta que unos obreros escucharon unas voces que venían de detrás de un muro, según afirmaban los obreros, se trataba de gritos de auxilio. Ante este hecho, se procedió a derribar el muro, la sorpresa fue que detrás del muro encontraron un esqueleto.
La noticia corrió por todo Madrid, y como era de esperar, mucha gente de la zona, decía escuchar gritos desgarradores, que los más crédulos achacaban al espítiru del esqueleto encontrado en el Metro.
Se da la circunstancia, de que allí mismo, donde se encontró el esqueleto hubo una ermita donde, como era costumbre antiguamente, se hacían enterramientos, lo que explica la existencia del famoso esqueleto.

Esta es la historia real y este es el vídeo que hizo un programa de televisión, de dudosa credibilidad en mi opinión, pero que habla de este tema.



Supongo que no hace falta decir, que los verdaderos fantasmas del Metro no dan gritos desgarradores, no arrastran cadenas, son muchos de los viajeros que día a día viajan en Metro y que seguro que tú y que yo podemos poner un nombre y una cara.
Otra cosa no, pero fantasmas hay para aburrir.