Madrid, como muchas otras capitales europeas está siendo invadida por unos simpáticos loros que ya forman parte de la avifauna de parques y jardines. Se trata de la Cotorra Argentina (Myiopsitta monachus), un ave que se comercializa como mascota y que gracias a las fugas y a la gente que, inconscientemente las libera, han conseguido adaptarse al medio llegando a ser una seria amenaza para la fauna local.

La capacidad de adaptación a diferentes ecosistemas de este ave es impresionante. Una de las claves de su éxito es la forma de construir sus nidos.
La mayoría de los loros y cotorras hacen sus nidos en agujeros de árboles, las cotorras argentinas los hacen con ramas, muy parecidos a los de las urracas pero de un tamaño espectacular. Los nidos son utilizados, para criar y para protegerse de los rigores del invierno.

Un ave muy resistente, omnívora y con facilidad reproductiva que la convierte en una especie invasora y peligrosa para las aves autóctonas, pese a su bonito aspecto.

En Madrid se la puede ver con facilidad en casi todos los parques, sólo en la Casa de Campo hay más de 100 nidos, también hay colonias estables en el parque del Capricho, Campo del Moro, Retiro y el parque de las Naciones.
Fuera de la ciudad tengo constancia de su presencia en Aranjuez y Boadilla del Monte.

Al otro lado del Atlántico y mucho más al norte de su lugar de origen, en EE.UU, la cotorra argentina también se está convirtiendo en una plaga. En la ciudad de Nueva York se la puede ver en parques y jardines prosperando sin dificultad pese al durísimo invierno neoyorquino.

Incluso las cotorras argentinas de N.Y. tienen su propio blog, un graciosísimo blog en el que además, se hace campaña electoral para poner una cotorra como presidente de los Estados Unidos, una alternativa muy ecológica a Bush. También se puede comprar calendarios y otros productos de merchandising igual de divertidos.

Este es el blog de las cotorras de N.Y. Brooklynparrots.com

Para terminar, os dejo este vídeo, obtenido en el blog brooklynparrots, en el que podemos escuchar los graznidos de estas aves en una bonita melodía llamada: Ballad of the Brooklyn Parrots