Ernest Hemingway fue un personaje que amaba Madrid, vivió en Madrid, fue corresponsal de guerra y cliente habitual de casi todos los restaurantes y bares de Madrid, tanto es así que, hoy, en un restaurante cercano a la Plaza Mayor, en la puerta de entrada muestra un cartel de aviso a los admiradores de Hemingway que rastrean sus huellas por la ciudad en el que dice: Hemingway no comió aquí.
Y es que pocos fueron los bares en los que Hemingway o don Ernesto, como era conocido por todos, no era un viejo conocido.