El reloj más famoso de España es, sin ninguna duda, el reloj de la Puerta del Sol. Es famoso porque cada 31 de diciembre, a las doce de la noche, los españoles nos tomamos una uva por cada campanada para empezar un nuevo año. La historia de las uvas de la suerte la puedes leer en esta entrada anterior.


Hoy hace justo 141 años que colocaron el reloj en su emplazamiento actual. Anteriormente había otro, un reloj que había en la iglesia del Buen Suceso, hoy desaparecida. Aquel viejo reloj era llamado así por tener aspecto de reloj pero no porque se comportase como tal, siempre daba las horas mal y era motivo de cachondeo por todos los madrileños.

Este reló tan fatal
Que hay en la Puerta del Sol
-dijo un turco a un español-
¿Por qué funciona tan mal?
Y el turco con desparpajo
contestó cual perro viejo:
Esté reló es el espejo
del Gobierno que hay debajo.


Un buen día, el prestigioso relojero José Rodríguez Losada puso fin a este desbarajuste horario y como muestra de admiración hacia la reina Isabel II, decidió regalar al pueblo de Madrid un reloj de carillón que diese las horas como Dios manda y que hoy podemos ver y escuchar en la Casa de Correos de la Puerta del Sol.
El reloj fue fabricado en los talleres del relojero Losada en Londres y puesto en funcionamiento un día como hoy de 1866 en la Puerta del Sol, desde entonces marca las horas de los madrileños.

En sus 141 años sólo ha tenido un fallo, fue en 1990, el reloj se paró justo unas horas antes de dar las campanadas que anunciarían la entrada al año 1991, fue causado por un cámara de televisión que puso un cable donde no debía pero al final se solucionó el problema y pudimos tomar las uvas sin sobresaltos.

Otra incidencia, esta también provocada, fue en la noche de fin de año de 1995, alguien pensó que se debería manipular la cadencia de las campanadas para que no se atragantase la gente comiendo las uvas y en vez de ralentizar las campanadas se aceleraron, ese año todos nos atragantamos y con la boca llena de uvas los españoles nos acordamos del "manitas" que manipuló el reloj.
Después de aquel año, se tomaron las medidas necesarias para que esto no volviese a suceder y hasta hoy no hemos tenido problemas de este tipo.

Dentro de muy poco, los españoles miraremos una vez más a este viejo reloj, con las doce uvas de la suerte en la mano a la espera de que con sus campanadas nos anuncie la entrada del año 2008.