En el Museo Municipal, eternamente en obras, podemos encontrar un cuadro de Francisco de Goya poco conocido llamado, Alegoría de la Villa de Madrid, fue realizado por un encargo del Ayuntamiento al genial pintor aragonés.
El cuadro fue pintado en 1810 y en él aparece una mujer coronada que representa a la Villa de Madrid sujetando el escudo de la ciudad, a sus pies podemos ver un perro, símbolo de la fidelidad.
La mujer señala un óvalo que dice Dos de Mayo, una fecha que todos sabemos muy bien qué es lo que representa, pero, ¿cómo es posible que aparezca esta fecha si el cuadro fue pintado en 1810 y en España reinaba José I Bonaparte, hermano de Napoleón, conocido con el apodo de Pepe Botella?
Sorprendentemente, este cuadro fue retocado varias veces, fue una víctima de los avatares históricos.
En un principio, en el óvalo aparecía la imagen de José Bonaparte, hasta que en 1812 los franceses, salieron de Madrid por el avance del ejército inglés. Inmediatamente, el cuadro fue modificado y en el óvalo desapareció la efigie de José Bonaparte y se puso la palabra “Constitución”.
Con la vuelta de José Bonaparte, ese mismo año a Madrid, se volvió a retocar el cuadro, quitaron la palabra constitución y pintaron nuevamente el retrato de Bonaparte.
Con la expulsión definitiva de los franceses de España, el cuadro volvió a modificarse y en el óvalo volvió a figurar la palabra “Constitución”.
En 1823 el cuadro se modifica una vez más, esta vez, en el óvalo desaparece la constitución para sustituirla por un retrato del rey Fernando VII que desaparece en 1843 y es sustituido por el lema: El Libro de la Constitución.
Finalmente, en 1872 el cuadro se modifica una vez más, el alcalde, el marqués de Sardoal decidió que en el óvalo apareciese la fecha que hoy podemos ver, Dos de Mayo.
El cuadro, además de ser un reflejo de nuestra historia, podríamos decir que es un símbolo, no sólo de Madrid, además, es un símbolo para España y el de todos los españoles que dieron su vida luchando por la libertad y la deseada Constitución que nos hace libres e iguales a todos los españoles, excepto a los miembros de la Casa Real, claro...