En este tiempo de primavera uno de los lugares más agradables para pasear es el Real Jardín Botánico que, pese a lo que muchos piensan, no fue el primer jardín botánico de Madrid.

El primer jardín botánico de Madrid fue idea del rey Fernando VI que en 1755 mandó su construcción en las inmediaciones de Puerta de Hierro. En 1774 Carlos III mandó trasladar el botánico al Paseo del Prado, que es donde se encuentra actualmente.
El Jardín Botánico se fue enriqueciendo con los nuevos descubrimientos botánicos gracias a las expediciones científicas que se realizaban en el Nuevo Mundo, poco a poco los fondos botánicos se fueron ampliando, descubriendo nuevas especies para la ciencia.

La edad de oro del Jardín Botánico terminó de golpe con la invasión francesa y la posterior Guerra de la Independencia, fue el inicio de un declive del que no levantó cabeza hasta hace pocas décadas. Pese a todo ello, el jardín cuenta con numerosas especies vegetales y un importantísimo fondo documental, un herbario de más de un millón de plantas y un banco de germoplasma, en el que se conservan semillas de plantas.

Actualmente el Jardín Botánico recupera poco a poco parte del brillo perdido de tiempos pasados, nuevos invernaderos, más medios, nuevas adquisiciones, como parte de la colección de bonsáis del ex presidente del gobierno Felipe González, además de las muchas actividades que se realizan cara al público, hacen del botánico un centro científico y educativo muy interesante en pleno centro de Madrid.

Una de la joyas botánicas que recientemente han llegado al jardín se llama Wollemia nobilis un fósil viviente del que hasta hace muy poco tiempo sólo se tenía conocimiento de esta especie por el registro fósil.
Se trata de una conífera de la familia de las araucarias que vive sólo en una zona remota de Australia.
Fue descubierta en 1994, desde entonces se han realizado algunos proyectos para multiplicar esta especie. Por ahora, fuera de Australia sólo hay poco más de veinte ejemplares en todo el mundo repartidos en diferentes jardines botánicos. Nosotros tenemos la suerte de tener un pequeño ejemplar con una historia de millones de años, una especie que conoció un mundo muy diferente al actual en el que los dinosaurios dominaban el mundo.

Real Jardín Botánico
Plaza de Murillo, 2 (frente al Museo del Prado)
Precio: 2 €