El sábado pasaba por una calle cercana a Sol y me fijé en una tienda de disfraces que lucía este escaparate.
En él vemos a una maniquí rubia vestida de Santa Claus que porta en sus brazos un ser enano, también vestido de Santa, pero con una careta muy mal hecha y sin ojos de Winnie the Pooh, y lo más terrorífico, con la cabeza vuelta del revés o sin piernas.
A su lado hay otro maniquí con barba y unas gafas de chulo piscina desconcertantes.
¿Qué fue del gordo Santa Claus? ¿por qué tienen esa pinta tan desagradable? ¿El autor de este ultraje navideño ha pensado en la cantidad de niños traumatizados que puede haber por culpa de su obra?
Si Santa viene con esa pinta este año que ni se acerque por mi casa porque le echo a patadas.