Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas. Así se llamaba uno de los más ilustres escritores madrileños del Siglo de Oro español y que todos conocemos como Quevedo.

Intelectualmente superdotado, irónico y puñetero podrían resumir su personalidad y me quedo corto en adjetivos. También tenía fama de ser un gran bebedor, mujeriego y un poco broncas.
Casi siempre se le recuerda por su odio y enemistad con el escritor Luis de Góngora. Curiosamente, este odio les ha unido más en la historia que en vida.

Quevedo se pasaba la vida intentando fastidiar al pobre Góngora, incluso le acusaba de ser judío converso y para ello recurría a los tópicos de la época, como el tamaño de la nariz que supuestamente tienen los judíos en sus famosos versos satíricos “A una nariz” o este verso cargado de mala leche "Yo untaré los mis versos con tocino / porque no me los muerdas, Gongorilla / perro de los ingenios de Castilla / docto en pullas, cual mozo de rabino".

Hay una anécdota muy divertida que resalta la personalidad de Quevedo. Como gran bebedor que era y por la ley de que todo lo que entra sale, solía orinar en plena calle, en una zona cercana al mentidero de San Andrés. Cierto día las autoridades pusieron cruces en los lugares susceptibles de ser lugar de alivio urinario, algo muy efectivo porque a nadie se le ocurriría orinar delante de una cruz… ¿nadie? Nadie menos a Quevedo, que sorprendido al ver una cruz y una inscripción que decía “Donde hay una cruz no se orina”, ni corto ni perezoso, Quevedo escribió en la pared otra inscripción que decía “y donde se orina no se ponen cruces”.

Posiblemente su genialidad y mala leche le han convertido en uno de los escritores más populares que cuenta con su calle, su plaza, estatuas y varias placas que recuerdan los lugares donde habitó y vivió el escritor.

Desde hace un par de días, hay un premio bloguero que lleva su nombre y su imagen, creado por Didac y que tengo el honor de lucir, se trata del prestigioso premio: Quevedo de Honor a la labor bloguera, investigadora y de divulgación cultural que rivaliza en prestigio con mis premios + Chulo que un 8 y que Didac me otorga porque “Matritensis es algo más que un simple bloguero, desde las páginas de Es Madrid, no Madriz cada día aprendemos cosas interesantes sobre Madrid que él se ha molestado en investigar y divulgar, nos muestra sus fotos y nos lo cuenta... un paseo por sus páginas es sumergirse en el mejor de los madriles".

Didac, ¡tienes toda la razón! Muchas gracias por este merecido premio. Me encanta el premio y que, además, tenga el nombre de uno de mis personajes favoritos.