El Monasterio del Escorial es un edificio impresionantemente sobrio, se levanta a muy pocos kilómetros de la ciudad de Madrid en San Lorenzo de El Escorial.
Además de ser un monasterio es el panteón real, en él reposan los restos de los reyes y reinas de las casas reales de Austria y Borbón, excepto los cuerpos de Felipe V que está en La Granja y Fernando VI en Las Salesas.

El panteón, menos sobrio que el resto del edificio, está dividido en varias secciones, en una reposan los reyes, en otra los infantes y otra en la que reposan las reinas consortes que son madres de rey. En esta sección sólo hay un hombre, Francisco de Asís de Borbón, un hombre que fue víctima de las burlas, tanto en vida como en su muerte, por su supuesta homosexualidad y también el único rey consorte “padre” de rey.

Francisco de Asís de Borbón, era primo hermano de la “liberal” reina Isabel II, se casaron en 1846 por conveniencia y les tocó vivir una época muy agitada para la monarquía española.

Isabel II fue tachada de casquivana entre otras muchas cosas y su esposo fue víctima del cachondeo general por su homosexualidad, vamos, que se juntó el hambre con la gana de comer.

El pueblo, siempre dispuesto al escarnio, puso al rey consorte apodos como el de Paquita o Doña Paca, incluso le dedicaron muchas coplillas como estas.

Paquito Natillas
que es de pasta flora,
orina en cuclillas,
como una señora.
Anónimo

Gran problema es en la corte
Averiguar si el consorte
Cuando acude al excusado
Mea de pie o mea parado.
Anónimo

Isabel II, que al parecer era bastante fogosa sexualmente, no quiso nunca casarse con Francisco, ya sabía que era un hombre “especial”, que nunca había estado con mujeres y que le gustaba ir hecho un pimpollo, muy arreglado y perfumado, pero por su condición real no le quedó otra que aceptar el matrimonio con Francisco, era una cuestión de estado. Aquellos tiempos no eran como los de hoy, que un príncipe puede encapricharse de una locutora de la televisión y hacernos tragar a los españoles a una princesa de pega, beatísima de la noche a la mañana por la gracia de Dios o vete tú a saber.

La reina, lejos de acallar los rumores sobre la homosexualidad del rey consorte, no se cortaba a la hora de hablar de él. Un día, hablando de su noche de bodas con el embajador de España en París, le dijo “Qué pensarías tú de un hombre que la noche de bodas tenía sobre su cuerpo más puntillas que yo?”. No es difícil imaginar lo que pudo pasar esa noche ni la cara que tuvo que poner el embajador.

Pese a todo, la reina tuvo 12 hijos, la mayoría murieron prematuramente. Lo más probable es que ninguno de ellos tuviese como padre a Francisco de Asís, algo no del todo negativo, nunca viene mal poner un poco de sangre fresca a la realeza, ya que la consanguinidad provoca numerosos problemas de salud a las casas reales, ¡sólo hay que ver el caso de nuestros borbones!
Como he dicho antes, hoy los restos mortales de Francisco de Asís reposan en su regio panteón, rodeado de reinas que posiblemente compartían los mismos gustos y aficiones que este rey consorte.

Otro buen motivo para visitar el impresionante Escorial