La calle Preciados es una de las calles más transitadas de Madrid y de toda España. Miles y miles de personas pasan por allí todos los días a cualquier hora. Con tanto trasiego de gente nadie se fija en el suelo y en los peligros que puede haber, como rejillas traicioneras. Justo a la salida de la FNAC hay una de ellas, una rejilla de ventilación del metro por la que sale un chorro de aire bastante potente.

Por esta rejilla en invierno sale un aire muy calentito y en verano sale un aire fresco muy agradable, lo malo es que cuando una mujer con falda pasa desprevenida por ahí puede llevarse una sorpresa, la de ver como su falda se eleva convirtiéndose, sin querer, en una imitadora de Marilyn Monroe.

En este punto de la calle Preciados he visto situaciones muy divertidas, una de ellas fue cuando una mujer alemana de unos 50 años se le quedó enganchado un tacón del zapato en medio de la rejilla. Lo divertido fue ver como su falda empezó a elevarse mostrando al personal su trasero y lo que no es el trasero ya que la mujer no llevaba ropa interior.

La pobre mujer luchaba contra los elementos, le faltaban manos para taparse, si se tapaba la parte delantera enseñaba la trasera y si se tapaba la trasera os podéis imaginar. No pasó más de un minuto, que a la mujer alemana le debió parecer una hora, cuando dos mujeres solidarias salieron en su ayuda, una de ellas sacándole el zapato enganchado de la rejilla y la otra ayudándola a ocultar sus gracias.
Al final la mujer salió de allí colorada como un tomate pero muerta de risa, como todos los que en ese momento pasábamos por allí.

Este es el caso más escandaloso que he visto pero no el único, incluso yo, el otro día al pasar por allí se me elevó la camisa enseñando a medio Madrid mis hermosas lorzas.

Recuerda, si pasas por Preciados y llevas falda mira por dónde pisas.

Foto: google maps