Desde primeros de noviembre hemos visto como la ciudad empieza a decorarse con las luces y adornos navideños. Este año, por la crisis, las luces y los adornos navideños se reducen y se repiten los modelos de años anteriores, todo sea para ahorrar.

Hoy he pasado por la plaza del Callao y ¡sorpresa! ya han puesto el árbol de Navidad. Como se puede ver en la foto, todavía faltan algunos detalles pero ahí está, plantando cara al buen gusto y yo diría que hasta al decoro.

La plaza de Callao, según palabras del Ayuntamiento de Madrid, quería emular al emblemático Rockefeller Center de Nueva York, con su pista de hielo para patinar y su abeto navideño. El resultado ya lo conocemos, lo vimos las Navidades pasadas y hoy podemos imaginar que será lo mismo esta próxima Navidad.
Las comparaciones son odiosas, nuestro abeto sintético nada tiene que envidiar al majestuoso y gigantesco abeto natural que hace unos días instalaron en la ciudad de Nueva York, tampoco la pista de hielo será igual que la americana, la nuestra es mucho mejor ¡dónde va a parar!

Al ver como está quedando la plaza de Callao, sólo puedo decir: ¡neoyorquinos, morid de envidia! claro que si de morir hablamos, es posible que los neoyorquinos se mueran, sí, ¡pero de la risa! porque comparar la plaza de Callao con el Rockefeller Center es como comparar una cabra con un T-Rex.

Después de deleitarme con el soberbio árbol navideño de Callao me he dirigido a un lugar cercano, un clásico de las Navidades madrileñas... ¡Cortylandia! Mucho he hablado de este espectáculo navideño en este blog, este año no lo pienso hacer pero, os comento que ya está casi listo para sorprender a propios y extraños con su famosa puesta en escena y su entrañable canción, esa que la oyes una vez y acabas pidiendo una lobotomía a gritos para que te la saquen de la cabeza.
Cortylandia es, como ya he dicho en anteriores post, es un clásico de la Navidad, tiene tantos admiradores como detractores, es algo que no deja indiferente a nadie, o lo odias o lo amas, no hay término medio. Ése es posiblemente el secreto de este espectáculo.


Tened cuidado, la Navidad se acerca...