En el Parque Juan Carlos I se encuentra una gran pirámide a la que el público no tiene acceso, esta misteriosa estructura no es otra cosa que una gigantesca fuente de energía.

El parque es uno de los más modernos de la ciudad y también uno de los más sostenibles. Se riega con agua reciclada, su iluminación está diseñada para evitar la contaminación lumínica y la flota de vehículos que se ocupan del mantenimiento del parque son eléctricos. Precisamente para estos vehículos se diseñó la pirámide solar.

La pirámide es bastante grande y se ve desde casi todo el parque, tiene 38 metros de arista en la base y 18 metros de altura. Está forrada con paneles fotovoltaicos, en ellos la energía solar es captada y transformada por medio de unos inversores en corriente continua que se almacena en una serie de baterías.

Esta estructura también tiene la función de garaje, cada noche los vehículos son guardados en la pirámide y conectados a las baterías para su recarga.
El diseño de esta estructura se integra bastante bien en el entorno, le da un toque exótico e incluso recuerda al famoso hotel de Las Vegas, pero con un uso totalmente diferente y respetuoso con el medio.