Desde 1986 la ciudad de Madrid tiene el honor de tener una de las últimas obras del genio Salvador Dalí, se encuentra en la plaza que lleva su nombre y que él mismo diseñó como regalo del artista a Madrid en agradecimiento por el homenaje póstumo que la ciudad de Madrid hizo a su esposa y musa Gala en 1985.
El Dolmen de Dalí es un homenaje a Newton, representa una persona en evolución, inmersa en el cosmos.
Inexplicablemente, las reformas urbanísticas de la plaza en los últimos años han puesto en peligro su diseño artístico, asociaciones ciudadanas y grupos políticos han evitado que el proyecto de reforma se ejecutase.
También la escultura ha sufrido algún ataque, concretamente la bola que pende de uno de sus brazos, unas veces fue arrancada por vándalos y la última se desprendío como consecuencia de las condiciones meteorológicas, suerte que no le dio a nadie en la cabeza.
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