En la calle de Colón se alza la Iglesia de San Ildefonso, una iglesia situada en una zona bastante frecuentada, sobre todo por la noche, por borrachos, grafiteros, drogadictos y prostitutas.

La fachada del templo es bastante simplona, sin adornos, ni imágenes de santos. Sus blancos muros además, son una tentación para los grafiteros que en ellos plasman su “talento” en eso que llaman arte.

Pese a este triste panorama, el interior de la iglesia guarda más de una sorpresa, hermosas y sencillas capillas y numerosas tallas, algunas de ellas del siglo XVII conservadas milagrosamente gracias a la devoción de los vecinos de la zona.

La historia de este templo se remonta al año 1629, año en el que se empezó a construir la iglesia como filial de San Martín.
Pocos años después, en 1635 paso a convertirse en la Iglesia de las Capuchinas, además de ser consagrada a San Martín.

En 1809, el rey José Bonaparte, hermano de Napoleón, mandó derribar la iglesia para construir una plaza. Como ya he contado aquí en más de una ocasión, Bonaparte era conocido por el apodo de Pepe Plazuelas, por su febril actividad en la creación de plazas y espacios abiertos en la ciudad de Madrid.

En 1820 nuevamente fue erigida la iglesia, esta vez honor a San Ildefonso, como podemos ver en el altar mayor, en él hay un hermoso relieve en el que se representa la imposición de la casulla a San Ildefonso.

Pocos años después de su construcción, concretamente en 1832, la iglesia fue pasto de las llamas, algunas zonas quedaron totalmente destruidas. Nuevamente se empezó la reconstrucción del templo.

Pero aquí no acaban las desgracias para este templo. Durante la Guerra Civil la iglesia fue saqueada, profanada y convertida en un almacén de víveres.
Afortunadamente para todos, muchas de las imágenes de la iglesia fueron ocultadas por vecinos de la zona durante la contienda, gracias a ellos, hoy podemos contemplar imágenes como un magnífico Cristo del siglo XVII.

Finalmente, en los años cincuenta fue reconstruida hasta hoy, que se mantiene como un oasis espiritual en una zona en la que Dios no tiene cabida.

Al principio de la entrada me refería a las sorpresas que podemos encontrar en esta iglesia, además de las magníficas tallas y hermosas capillas, podemos encontrar una placa, escrita en gallego que recuerda que en esta iglesia se casó la escritora Rosalía de Castro con Manuel Murguía en 1858.

Rosalía de Castro es una de las escritoras españolas más valoradas, especialmente por los gallegos. Autora de poemas preciosos como Negra Sombra, uno de mis favoritos.

Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.
Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.
Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.
En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.

(Follas Novas)