En el Parque del Retiro, muy cerca de la glorieta del Ángel Caído, hay una explanada en la que se encuentra una noria de madera de gran tamaño utilizada en el pasado para la extracción de agua.
Esta noria es el único resto que se conserva de la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro.

La fábrica fue fundada en 1760 por Carlos III como una filial de la prestigiosa fábrica napolitana de Capodimonte, para ello el rey mandó venir a los operarios de Nápoles así como instrumentos y otros artilugios para fabricar en Madrid porcelanas con las mismas técnicas.
Muchas de esas porcelanas se encuentran repartidas en diferentes museos de Madrid, además de una gran colección en el Palacio Real.

La fábrica empezó a fabricar magníficas piezas muy cotizadas en las casas reales de Europa, era un negocio muy rentable y con futuro, pero, algo con lo que no contaba nadie puso fin a la producción de porcelana, la invasión napoleónica.

El ejército francés ocupó el Retiro así como los palacios que allí había. La fábrica de porcelanas dejó de producir elaboradas piezas para convertirse en el centro de operaciones del ejército francés.

En 1812, las tropas hispano-británicas entraron en Madrid para liberar a la ciudad de las tropas de Napoleón y tras una cruenta batalla volaron todas las fortificaciones francesas así como su centro de operaciones, que no era otro que la fábrica de porcelana.

La noria que actualmente podemos ver, está restaurada y era una de las que surtía de agua a la fábrica de porcelana. Se trata de una noria de tiro, en ella se empleaba la fuerza de animales, normalmente mulos, para extraer el agua.