En más de una ocasión nos pasa que pasamos mil veces por una calle y nunca nos hemos fijado en su nombre o en cualquier elemento digno de mención, una fuente, una estatua, una iglesia. Muchos de vosotros me habéis dejado comentarios sorprendidos por algún detalle que he contado aquí y en el que nunca os fijasteis.

Ayer por la tarde Géminis me envió una foto con el nombre de una calle, parece ser que era la primera vez que se fijaba en ella y, lógicamente recurrió a mí buscando respuesta, ¡quién mejor que yo!

La calle se llama Rompelanzas, al ver la foto y el nombre de la calle… ¿pensáis que dije esto está en tal y cual parte, es del siglo tal y se llama así por tal motivo? ¡pues no! Vivo aquí desde hace más de treinta años, he pasado por esa calle millones de veces, encima se encuentra en pleno centro de Madrid y para colmo escribo todos los días sobre Madrid y no tenía ni la más remota idea de dónde estaba la calle.

Le dije a Géminis que me informaría de dónde está la calle y el origen de su nombre y como lo prometido es deuda, ¡voilà! esta es la historia de esta calle.

La calle de Rompelanzas se encuentra entre las calles Carmen y Preciados, se trata de la calle más corta de todo Madrid, si no me equivoco, sólo tiene dos números.

Esta calle es el resultado de un hueco dejado al derribarse unas casas en el siglo XVI, por orden del corregidor Luis Gaitán. Las casas fueron derribadas porque se encontraban ruinosas y afeaban la vista de la cercana iglesia del Carmen.

Todavía no tenía nombre la calle cuando al pasar el carruaje del corregidor por allí casi se quedó atrapado, debido a la estrechez de la calle, al hacer una maniobra para salir de allí, ¡zas! la lanza del carruaje se partió en dos.
Muy poco tiempo después, otro carruaje, esta vez el del presidente del Consejo de Indias, le ocurrió exactamente lo mismo, quedó atrapado y, otra vez, la lanza del carruaje se partió en dos.

Debido a estos incidentes los madrileños le dieron a la calle el popular nombre de Rompelanzas, un nombre tan apropiado que perdura hasta hoy.

Actualmente la calle es más ancha que antaño y pocos carruajes pasan por ahí, ya que está en una zona peatonal.



Ni que decir tiene que esta entrada la dedico, con mucho cariño, a Géminis, a la que agradezco mucho que me ayude a descubrir Madrid.

¡Musha grasia va por uteh!