El otro día, por primera vez en mi vida, vi una terrible escena en una de las calles de mi barrio. Las protagonistas, dos mujeres que buscaban comida en los cubos de basura de un supermercado. Posiblemente buscaban comida caducada o fruta desechada por el supermercado por no tener un bonito aspecto para su venta.

Una de ellas inclinaba el cubo de basura para que la otra pudiese acceder a la “basura”, con prisas, la mujer sacaba una bandeja de fruta picada, yogures caducados y algo que parecían latas de conserva y lo iban metiendo en un carro de la compra de tela roja escocesa. Seguramente, si ves a estas mujeres por la calle, con su carro de la compra, podrías pensar que son las típicas “marujitas” que van al mercado a comprar, nada haría sospechar que minutos antes, justo antes de que abriesen los comercios, aquellas señoras estaban buscando comida caducada dentro de un cubo de basura.

Vi todo aquello cuando paseaba al perro, no las habría visto si no fuese porque el perro se paró a oler un rastro que a él le parecía muy interesante, justo en la acera de enfrente al supermercado. Me resultó bastante triste ver aquella escena, la crisis que estamos sufriendo ya no sólo ataca a los “otros” los emigrantes, los marginales. Ahora la crisis afecta a las personas más cercanas, es como si se cerrase una soga que poco a poco nos va estrangulando a todos por igual.
Mientras observaba todo aquello mi mente no paraba de hacerse preguntas, pero sólo una quedó sin respuesta, me preguntaba a qué distancia estaría la soga de mi cuello.

Lo cierto es que la terrible crisis que estamos sufriendo es muy equitativa, nos ahoga a todos por igual, ya seas un inmigrante peruano, un senegalés o un “cristiano viejo” nacido en Chamberí. Si alguno cree que estas cosas sólo les pasa a los “otros” está muy equivocado, todos vamos en el mismo barco, que más que un barco empieza a parecerse a una patera.

Aclaración

Cuando hablo de los "otros" no es en el sentido despectivo, quiero resaltar ese "otros" en el sentido de que falsamente creemos que todo lo malo sólo les ocurre a los demás.
Creo que no hacía falta decirlo pero por si las moscas...