La vieja estación de Atocha, inaugurada en 1851, pasó a convertirse en el año 1992 en un jardín tropical en pleno centro de Madrid.
Junto a la vieja estación se encuentra la nueva, desde la que salen los trenes de alta velocidad a diferentes puntos de España.

Mucha gente acude al jardín tropical no sólo cuando van a tomar un tren, los hay que pasan las horas leyendo el periódico, tomando un café o disfrutando de la variada selección de plantas tropicales que allí crecen.
Los fríos días de invierno suele ser también un buen lugar de refugio para las personas sin hogar, que cambian el seco frío castellano por el calor húmedo tropical de la estación.

Durante estos días de idas y venidas por las vacaciones veraniegas, la gente aprovecha el tiempo de espera de sus trenes haciendo fotos o bien observando a las tortugas, llegadas por arte de magia, al estanque de la estación.

Hace unos años eran unas pocas, hoy, como se puede ver en la foto, son muy numerosas. Calculo que debe haber más de 50 tortugas de varias especies en el estanque. Visitar a estos galápagos es ya una tradición.

Pese a que esta totalmente prohibido la suelta de animales en el jardín tropical de Atocha, los hay que siguen soltando animales, desde anguilas hasta culebras, que más de un susto han provocado.