Seguramente las habrás visto por la calle, en Goya, Sol o en Ciudad Universitaria, son chicas jóvenes, generalmente rumanas, que van en grupitos de dos o cuatro personas. Llevan una carpeta con unos folios garabateados con firmas de apoyo a unas supuestas organizaciones benéficas de ayuda a discapacitados.

Su modo de actuar es el siguiente, primero se aproximan y te muestran un folio con algunas firmas en una mano, con la otra mano, trazan un rúbrica en el aire. Este gesto es comprensible por todos, lo que quieren es que firmes ese misterioso papel. Por extraño que parezca, hay gente que firma, pero eso no es lo peor. Una vez firmado el papel, ellas, con un gesto lánguido y lastimero miran al firmante y con la mano hacen otro gesto, frotan el dedo pulgar e índice para, posteriormente, poner la mano en forma de cuchara.
Esto en cristiano viejo viene a ser “dame dinero”. Si extraño resulta que alguien pueda firmar esos papeles, mucho más extraño es que alguien encima les de dinero, ¡pues los hay! lo he visto.

Si tú eres uno de esos que han firmado, este post te llegó tarde pero, si no es así, hazme caso, nunca firmes esos papeles y mucho menos les des dinero.
Esta gente son timadores profesionales, lo único que hacen es aprovecharse de las personas discapacitadas y robar el dinero a los incautos.

Tampoco son mudas, lo he podido comprobar varias veces, al afearles la conducta, oyen perfectamente, especialmente los improperios y, también, al tirarles la carpeta con firmas al suelo o lo más lejos posible, como por una especie de milagro recuperan el habla, casi siempre para llamarme de todo menos bonito. Esto se debe a que no son mudas ni sordas, sólo unas sinvergüenzas. Esto lo afirmo rotundamente ya que no tengo constancia de que por imposición de manos cure la sordera.

Afortunadamente, en España, las personas con alguna discapacidad, están absolutamente integradas en la sociedad. Organizaciones como la ONCE o la Fundación Caja Madrid, hacen una magnífica labor para la integración de TODOS.

Hace siglos que los mudos dejaron de ser personas invisibles para la sociedad, tampoco los ciegos van por los pueblos de Castilla cantando las romances medievales.

Basta ya, acabemos con esto de una vez, si las ves por la calle, llama a la policía.