El Atazar

Por EMNM | 4/18/2010 |

Llevamos un otoño, un invierno y lo que llevamos de primavera muy lluviosos, algo que podemos valorar de manera positiva ya que no siempre es así. Hay años en los que padecemos brutales sequías que todos tememos, especialmente la gente que se dedica a la agricultura y la ganadería.

Pese a las grandes sequías que hemos padecido los madrileños en las últimas décadas, no hemos sufrido cortes de agua como en otras regiones españolas, gracias a que contamos con numerosos embalses que hacen que nunca falte el agua en nuestros grifos, además, un agua de excelente calidad.

El mayor embalse de la Comunidad de Madrid es la presa de El Atazar, que se encuentra entre los municipios de Patones y El Atazar, en la llamada Sierra Pobre. Este embalse es la mayor reserva hídrica de Madrid y tiene una capacidad de 426 hm³, casi el 50% del agua embalsada en la comunidad, y tiene una superficie de 1.070 ha. Además de utilizar el agua embalsada para el consumo humano, también es productor de energía hidroeléctrica y un excelente lugar para practicar deportes náuticos, como la navegación a vela.

Las obras de construcción se iniciaron en 1965 y, después de muchos problemas técnicos, se inauguró en 1972. La construcción de este gran embalse fue todo un hito de la ingeniería, consta de una bóveda de 134 metros de altura y 484 metros de longitud.

El agua procede del río Lozoya, además de otras fuentes y cuenta con un agua que es de las mejores por su baja mineralización. Como el agua es para el consumo humano, está prohibido bañarse en el embalse y practicar deportes náuticos a motor.

Merece hacer una visita a la zona, no sólo por el embalse, existen varias rutas para hacer senderismo. Para los amantes de la geología es un lugar muy interesante y para los amantes de la naturaleza también, sobre todo por su rica vegetación. Pese a que gran parte del entorno está cubierto por pinares de repoblación, compuesta por pino resinero y pino silvestre, plantados allí para evitar la erosión, podemos encontrar bosquecillos de alcornoques y ya más dispersas otras especies forestales como robles, arces, enebros o encinas.