He de reconocer que, cuando empecé la serie "En el Balcón", no tenía ni idea de la cantidad de balcones singulares que hay en Madrid. Creía que me encontraría con dos o tres balcones curiosos y nada más pero, obviamente, estaba equivocado.

Hoy traigo un nuevo balcón, en el podemos ver un botellonazo de coca-cola, sin utilidad aparente, sólo la de sorprender a los que pasan por allí.

¿No es fascinante?