La comunidad china de Madrid aumenta cada año, barrios como Lavapiés se han convertido en una especie de chinatown con corralas, incluso los comercios de calles alejadas a este barrio, como Leganitos, muy cerca de la Plaza de España, están regentados en su mayoría por chinos.

Si hay algo en lo que todos los madrileños estamos de acuerdo, es que los chinos son el colectivo de inmigrantes mejor valorado. Rara vez dan problemas, son muy trabajadores y muy amables. Pese a ello, existe un cierto recelo que impide una integración total.
Posiblemente, uno de los motivos por el que muchos chinos no se integren en la sociedad sea la desconfianza que, tanto autóctonos como chinos, mostramos los unos a los otros. ¿Por qué ocurre esto si los chinos llevan con nosotros décadas, siendo un colectivo tan numeroso, bien valorado y de los primeros en llegar a España, mucho antes de que millones de personas de todos los lugares del mundo viniesen a nuestro país para vivir con nosotros?

Afortunadamente, actos como el cada año más multitudinario y espectacular festejo del año nuevo chino, con el que disfrutamos gracias a las iniciativas de la comunidad china y otros actos, como los que organiza el Instituto de Humanidades de la URJC y la Comunidad de Madrid, ayudan a que las relaciones entre los chinos y los autóctonos sean más estrechas, para beneficio de todos.

Precisamente El Instituto de Humanidades de la URJC y la Comunidad de Madrid son los responsables de una iniciativa para fomentar la integración total, un ejemplo de ello lo tenemos en este vídeo titulado China, ese barrio de Madrid.

Atención, en este vídeo se aclara la famosa leyenda urbana, en la que se dice que los chinos cuando mueren van al plato.