Foto: Wikipedia

Cuando hablamos del Valle de los Caídos se nos viene a la mente un cúmulo de imágenes, pensamientos y sentimientos difíciles de procesar y otros difíciles de asimilar. Lo que sí que está claro es que este lugar genera reacciones de todo tipo y, casi todas, sacan lo peor de los españoles.

Debido a la polémica que genera hablar de este lugar y, al hartazgo que me produce meterme en estos jardines, he dudado mucho hablar de este tema, así que he decidido exponer la información necesaria para que cada uno saque sus conclusiones y evitar se genere una trifulca entre defensores y detractores, espero y deseo que si se produce algo, sea un debate reflexivo alejado de sectarismos y extremismos. También animo a todos los que quieran participar, a que aporten los datos e informaciones que consideren necesarias.

Historia del Valle de los Caídos

A 58 kilómetros de Madrid y muy cerca de El Escorial, sobre una peña de granito llamada Cuelgamuros se encuentra la Abadía Benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. En realidad se trata de un complejo monumental y religioso ya que, además de la abadía, hay una hospedería y otros edificios destinados a fines diversos.

Lo más llamativo que podemos ver es la impresionante cruz que corona la peña, sus 150 metros la hacen la más grande del mundo. A los pies de la cruz se encuentra la abadía, que es una enorme cripta excavada en la roca.
Este monumento fue construido entre 1940 y 1958, por orden del dictador Francisco Franco, él fue el ideólogo de su construcción y de su emplazamiento. El fin no era otro que crear un inmenso mausoleo para honrar a los caídos durante la Guerra Civil, obviamente para los insurgentes, no para los republicanos.

Dieciocho años después del inicio de las obras, justo un año antes de su inauguración, los gobiernos civiles informaron a los ayuntamientos el propósito «dar sepultura a cuantos cayeron en nuestra cruzada, sin distinción del campo en el que combatieron, [...] con tal de que fueran de nacionalidad española y de religión católica» fue entonces cuando empezaron a llegar los restos mortales de personas fallecidas del bando republicano. Obviamente son más numerosos los restos mortales de los caídos del bando insurgente que del bando republicano, debido en gran medida a que las personas del bando republicano no eran precisamente simpatizantes de la iglesia.

La creencia de que en este lugar sólo están enterrados los muertos del bando nacional y que tanta polémica crea parece ser que es falsa, en el Valle de los Caídos hay muertos de los dos bandos.

En este lugar se encuentran los restos mortales de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange. No se sabe muy bien quién decidió que los restos del dictador fuesen enterrados allí, para unos fue idea de Franco, otros afirman que fue el propio rey Juan Carlos I quien ordenó el enterramiento del dictador en la abadía. Sea como sea, éste es uno de los grandes motivos de controversia ya que los 20 de noviembre, aniversario de la muerte de Franco, algunos nostálgicos del franquismo acuden a honrar su memoria.

La leyenda negra

Algunas fuentes cuentan que para la construcción del Valle de los Caídos, fueron necesarios el trabajo de miles de personas, todas ellas presos políticos del bando republicano que, trabajaron como esclavos día y noche en condiciones deplorables, provocando la muerte de miles de ellos.

Otras fuentes cuentan algo totalmente diferente, reproduzco aquí un extracto de un artículo de la periodista Victoria Prego, publicado en El Mundo el 16 de Septiembre de 2006 que cuenta algo muy diferente.

"Por lo que se refiere a los presos políticos que construyeron el Valle, estos son los datos. Durante los casi 19 años que duró su construcción trabajaron allí entre 800 y 1.000 presos políticos, nada de decenas de miles como quiere la leyenda negra divulgada. Nunca acudieron en régimen de trabajos forzados, como dice esa leyenda. Todo lo contrario: para ir a trabajar a Cuelgamuros los reclusos políticos tenían que solicitarlo oficialmente. Porque ocurría que las perspectivas penales, económicas y personales eran mucho mejores allí que en cualquier prisión. En lo personal, porque los presos fueron autorizados a llevar a sus mujeres y a sus hijos, que se quedaron en muchos casos a vivir con ellos. En lo penal, porque los reclusos políticos podían redimir de dos a seis días de condena por cada día de trabajo. Los primeros presos llegaron a finales de 1942, dos años y medio después de comenzadas las obras, y al terminar 1950 no quedaba ninguno porque todos habían redimido ya sus penas y estaban en libertad. Muchos de ellos, sin embargo, optaron por seguir en el Valle como personal contratado. Y en lo económico porque las condiciones de los presos políticos eran idénticas a las de los trabajadores libres. Cobraban el mismo salario, aunque a los reclusos se les retenían las tres cuartas partes de la paga, un dinero que se les ingresaba en la Caja Postal de Ahorros para entregárselo a sus mujeres e hijos, si los tenían, o a ellos mismos cuando recuperaban la libertad. Cobraban los «puntos» por cargas familiares, las horas extraordinarias y estaban asegurados. Todo esto está documentado, además de avalado por los testimonios directos de quienes trabajaron allí.

Tampoco existieron nunca esos miles de muertos en el tajo que cuenta la leyenda negra ahora revivida y admitida como buena por casi todos. En los casi 20 años que duró la construcción se registraron exactamente 14 accidentes mortales. Y la mayor parte de las víctimas, si no la totalidad, fueron obreros libres que, por razón de la especialización de las tareas, eran la mayoría de los que estaban allí trabajando"

La polémica

El Valle de los Caídos, lo queramos o no, está ligado a Franco, sólo su total destrucción podría desvincularlo del dictador pero, ante todo es una basílica, título que fue otorgado por el Papa Juan XXIII en 1960 y es, además, un monumento que pertenece a Patrimonio Nacional que, dicho sea de paso, es uno de los más visitados por los turistas.

Este siempre polémico lugar lo es mucho más ahora desde que ayer se aprobase la moción para «redefinir» el Valle de los Caídos, de acuerdo a la Ley de Memoria Histórica, aprobada por el Congreso de los Diputados el 31 de octubre de 2007.

Como todavía no se sabe en qué consiste lo de "redefinir" el uso de este lugar, la polémica está servida. Unos, como el político Anasagasti bromea con la idea de dinamitarlo, otros quieren que se mantenga como está y, lo peor de todo, la polémica genera división entre los españoles, otra vez...

Personalmente creo que a los españoles nos importa poco o nada el Valle de los Caídos, es sólo un impresionante y feo lugar que forma parte de nuestra historia. Creo que es imposible desvincularlo de la historia pero, sí evitar que se convierta en un lugar de exaltación y odios de bandos que creíamos desaparecidos hace mucho tiempo, parece que las heridas de aquella vergonzosa guerra y posterior dictadura nunca se van a cerrar.

¿Qué crees que se puede hacer con el Valle de los Caídos? ¿qué uso le darías?