Al suroeste de la ciudad de Madrid, a unos 80 kilómetros, se encuentra Cadalso de los Vidrios, un interesante pueblo que bien merece la pena visitarlo ahora en otoño.
No se sabe muy bien el origen del nombre de la población, se cree que es de origen judío, por un asentamiento situado en esta localidad en la época romana llamado “Cadalfarum”. El añadido “de los vidrios” sí que se conoce con certeza, viene dado por unas fábricas de vidrio que tuvieron su edad de oro durante los siglos XVI y XVII, de estas fábricas salieron una parte importante de la cristalería de la Real Botica del Monasterio del Escorial.
Por desgracia los hornos cerraron a principios del siglo XX y con ellos la fabricación de vidrio.
El pueblo cuenta con un rico patrimonio cultural, a mi juicio mal aprovechado, que merece la pena visitar. Cuenta con una necrópolis visigoda, los restos de una fortificación y recinto amurallado romano-árabe y el Yacimiento de la Mezquita que será parte de la Red de Yacimientos de la Comunidad de Madrid.
Cadalso es un pueblo que a simple vista puede desilusionar un poco, culpa de los estragos urbanísticos y alguna ocurrencia absurda, como la colocación de farolas de estilo marinero en un pueblo castellano pero, resulta fascinante encontrarse con curiosos dinteles labrados en las casonas urbanas o los llamativos “salvajes” renacentistas de la Casa de los Austrias.
Lo más espectacular podría ser el Palacio de Villena, una preciosa edificación del siglo XV que, pese a su aspecto de fortaleza, se trata de un palacio que fue residencia de verano del todopoderoso Alvaro de Luna, condestable de Castilla.
Como curiosidad, en este pequeño palacio se alojó Isabel la Católica y en él nació Luis María de Borbón, el único de los Borbones que tuvo la “deferencia” de quedarse en España durante la invasión napoleónica.
El palacio está construido con grandes sillares de granito y cuenta con casi todos los elementos defensivos de un castillo, almenas, garitas, matacanes, todos ellos de carácter ornamental.
Los alrededores de Cadalso son realmente bonitos, con grandes extensiones de bosque y matorral mediterráneo. Sospecho que esta zona debe ser excelente para la recolección de setas, si este otoño fuese normal, con lluvia y fresco, obviamente.
He oído hablar de la existencia de unas cuevas de origen árabe que nunca he visitado, parece ser que hay bastantes galerías subterráneas que, por otra de esas razones incomprensibles, no se las saca provecho y están abandonadas, tapiadas con la excusa de evitar accidentes. Digo yo que bien podrían ser otro reclamo turístico, con su restauración y uso, no sólo beneficiarían al pueblo, ganaríamos todos.
En relación a estas cuevas, he descubierto un interesante blog que está dedicado a Cadalso de los Vidrios, en uno de sus post aparecen, incluso alguna que otra foto. También puedes encontrar valiosa información de la zona y magníficas fotos hechas por su autor, así que si vas a visitar Cadalso te recomiendo que lo eches un ojo.