Curioseando en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional, he visto una noticia publicada en octubre de 1922 en el diario La Voz, que habla de una invasión de ratas en Madrid y de cómo acabar con ellas.
La noticia comienza diciendo que; “dentro de pocos días, los madrileños gozarán de un nuevo deporte, que, además de ser entretenido, no solamente no será costoso, como casi todos los deportes, sino, por el contrario, remunerador”.
Parece ser que ante el temor a un brote de peste por un descontrolado aumento de las ratas en la ciudad, el Laboratorio Municipal, tuvo la ocurrencia de crear un cuerpo de “perseguidores de ratas” que contarían con la ayuda de gatos policía y el uso de ¡ametralladoras! Obviamente este desvarío no se realizó y se optó por algo que todavía hoy está muy de moda en nuestro ayuntamiento, la colaboración ciudadana.
La noticia cuenta que cada “colaborador” recibiría por rata una cantidad no confirmada que rondaría entre 10 o 25 céntimos y, para evitar la picaresca por parte de personas que quisiesen presentar la misma rata varias veces, se propuso la creación de dos ventanillas de entrega. En una se le cortaría el rabo a la pobre rata, según dice la noticia para “archivarlo” y en otra ventanilla se entregaría la rata sin rabo para su incineración.
Desconozco si al final esta ocurrencia municipal se realizó y, en caso de ser así, si tuvo éxito o si alguien ganó el dudoso premio de cazador oficial de ratas de Madrid, lo cierto es que es una noticia tan absurda como muchas de las que surgen del ayuntamiento y que todavía hoy podemos leer en la prensa.