En un rincón del Cementerio de San Isidro se encuentra un pequeño nicho que pasa desapercibido de entre otros cientos. Es una sepultura olvidada por todos, en la que reposan los restos mortales de una mujer que es conocida en el mundo entero gracias al pincel del mismísimo Goya. Me estoy refiriendo a Josefa Petra Francisca de Paula de Tudó y Catalán, Alemany y Luesia, más conocida como; Pepita Tudó y mucho más conocida por todos al tratarse de la Maja que pintó Goya, tanto vestida como desnuda.

La vida novelesca de esta mujer comienza en Cádiz, ciudad que la vio nacer. Muy jovencita, parece ser que en 1796, conoció a Manuel Godoy, poderosísimo hombre del que fue amante hasta la muerte de su esposa, la condesa de Chinchón María Teresa de Borbón. A la muerte de ésta en 1828, Pepita pudo casarse finalmente con su amado Godoy en un escenario que nunca imaginó, en el exilio y detestados por los españoles y sobre todo por el Rey de España.
Pepita Tudó es, por desgracia, un personaje poco estudiado por los historiadores, pese a su agitada vida a la sombra de Godoy, además de ser una de las principales sospechosas en la desaparición de las joyas de la Corona de España.

Lo que sí se sabe es que la relación amorosa que mantenía con Godoy la convirtieron en la comidilla del reino, su vida era un verdadero escándalo que ella supo llevar de manera estoica. Se cree que en antes de la boda oficial con Godoy en su exilio romano, ya se habían casado en secreto unos años antes, de hecho llegó a vivir en la misma casa de Godoy junto a su legítima esposa. El mismísimo Jovellanos, que una vez fue invitado a comer por Godoy, quedó tan escandalizado al tener que compartir mesa con Godoy, Maria Teresa de Borbón y Pepita Tudó que dijo: “Este espectáculo acabó con mi desconcierto; mi alma no pudo sufrirlo; no comí, ni hablé, ni pude sosegar mi espíritu; huí de allí”. Esto da una idea bastante clara de la escandalosa situación en la que vivía Pepita y compañía.

La certeza, casi al 100 % de que la mujer que aparece en los cuadros de Goya, “la maja” antes conocidas como “la gitana”, es Pepitá Tudó es, entre otros motivos, porque los cuadros eran propiedad del propio Godoy.

Tras una azarosa vida en Roma y París, Pepita Tudó deseaba volver a España pero no pudo hacerlo hasta la muerte de Fernando VII. Ya en 1834 vuelve a Madrid y desde aquí intenta recuperar sin mucho éxito el rico patrimonio confiscado a Godoy.

En 1869, Pepita moría a los 92 años en su casa de la calle Fuencarral, víctima de un accidente casero, el fuego de un brasero prendió sus ropas y acabó con su vida.

Esta es la esquela que fue publicada el 9 de septiembre de 1869 en el Diario Oficial de Avisos de Madrid, a la muerte de Pepita Tudó.

Como ya he dicho al principio, sus restos descansan en un nicho descuidado, paradojas de la vida, en lo alto de la galería 4 de la Sacramental de San Isidro.


Fotos:
Cuadro Maja (Museo del Prado) Retrato (Museo Lázaro Galdiano) Wikipedia
Nicho Pepita Tudó (Es Madrid no Madriz)

Fuentes:
La España de Riego. Silex Ediciones