"Sobre agua fui edificada y mis muros de fuego son, esta es mi insignia y blasón". Esta frase se podría decir que fue el primer “eslogan” de Madrid y hace clara referencia al agua, elemento necesario al que no sólo le debemos el origen de la vida, también el de la propia fundación de Madrid.

Aunque existen numerosos restos arqueológicos carpetanos, romanos y visigodos, el origen de Madrid se remonta, oficialmente, al siglo IX, cuando los árabes crearon un asentamiento fortificado al que llamaron Maǧrīţ. En este primitivo asentamiento fue crucial, entre otros motivos, que Madrid contase con un suministro constante de agua, así fue como comenzó la historia de la capital del reino de España.

Son muy pocos los vestigios que se conservan de aquel Madrid musulmán, la mayoría de ellos son de origen defensivo y religioso, no hay constancia, todavía, de que existiesen instalaciones de uso público como los famosos baños árabes que en la península los moros utilizaron como referencia las termas romanas que fueron tan populares, incluso en la región de Madrid, como es el caso de Complutum (Alcalá de Henares). Pasados más de cinco siglos Madrid cuenta con un precioso hamman que recrea desde una visión romántica lo que fueron los antiguos baños árabes. 

Al-Andalus Hamman es una empresa española que cuenta con varios baños árabes en ciudades como Málaga, Córdoba, Granada y Madrid, lógicamente los baños no tienen el sentido religioso ni higiénico que tenían en el pasado, se trata de centros de reposo destinados al bienestar y al relax absoluto.

El hamman de Madrid es el menos recargado, en lo que ornamentación se refiere pero es realmente hermoso. Se encuentra en los sótanos de una edificación del número 14 de la calle Atocha, en la manzana que antaño ocupó la iglesia y el convento de Santo Tomás. 

Los baños están repartidos en varias estancias todas ellas abovedadas en las que se han conservado los materiales centenarios originales (ladrillo) y se han añadido otros como los estucados con motivos arabescos, los azulejos con motivos andalusíes y el mármol. Cuenta con un baño turco y tres grandes piscinas de agua caliente, templada y fría. También dispone de una sala de reposo en la que la suave música y los aromas naturales nos trasladan a tiempos pasados y donde se puede tomar un aromático té que brota de una mágica fuente. No es la única fuente singular, hay otra de la que sale agua fresca que está ubicada en un pozo centenario en perfecto estado de conservación. Además de los baños, el hamman cuenta con un equipo de masajistas que ofrecen diferentes tipos de masajes.


El Hamman Al-Andalus es, sin lugar a dudas, uno de los lugares en los que se disfruta con los cinco sentidos con el aliciente de la tradición cultural que nos transporta al viejo Mayrit, una experiencia 100% recomendable a la que muchos madrileños se han aficionado, pues la gran mayoría de usuarios son madrileños que vienen a descansar y a olvidarse de los problemas durante hora y media, disfrutando de un excelente servicio en un ambiente acogedor e íntimo pues su uso esta limitado a pequeños grupos para evitar la masificación y asegurar un verdadero relax. 


Hamman Al-Andalus Madrid
Atocha, 14
91 429 90 20