En muchas iglesias de Madrid hay imágenes de vírgenes, cristos y santos que son muy populares y que cuentan con la devoción de muchos madrileños. La Virgen de la Almudena, la Virgen de Atocha, Jesús de Medinaceli o San Isidro son varios ejemplos, imágenes a las que, además, se les atribuyen muchos milagros.
Hay una curiosa talla de un niño Jesús que, pese a ser muy desconocida, es muy venerada. Se trata de una talla de principios del siglo XVII que representa a un niño Jesús. Perteneció a una mujer adinerada que tuvo que abandonar España y deshacerse de sus pertenencias, entre ellas estaba esta talla.

La talla fue comprada por cien pesetas por un señor que tenía una imprenta situada en el número 4 de la Costanilla de los Ángeles, allí, en la trastienda de la imprenta, colocó la imagen en una pequeña capilla. Poco tiempo después, el comprador de la talla y su familia atribuyeron ciertos milagros a la imagen del niño Jesús y su fama milagrera se fue extendiendo por el vecindario como la pólvora.

Tanta devoción alcanzó la talla que tuvieron que ampliar la capilla ya que se había quedado pequeña debido a la gran afluencia de fieles. La imagen fue, finalmente catapultada a la "fama milagrera" cuando un día, de incógnito, apareció la reina María Cristina para pedir protección para su hijo, el futuro rey Alfonso XIII.

Después de un pequeño periplo por varias iglesias de Madrid, la imagen fue instalada en el lugar donde se encuentra actualmente, el Oratorio del Santo Niño del Remedio, un pequeño templo situado en la calle de los Donados número 6.
Como la talla no tenía nombre se echaron a suerte varios nombres, hasta que por dos veces salió el nombre por el que se le conoce, Santo Niño del Remedio.

Todos los días 13 de cada mes, gran cantidad de fieles acuden para besar la imagen y para pedir algún milagro, ignoro qué porcentaje de efectividad milagrera tiene esta imagen pero a juzgar por las largas colas que se forman los días 13 debe ser alta.

En la foto superior, la flecha roja indica el lugar donde se encuentra el oratorio, la cola formada, que baja hasta la calle Arenal, son los fieles que el pasado día 13 acudieron para besar la imagen.
Sea como sea, Madrid es la corte de los milagros, como la definió Valle-Inclán, claro que por otros motivos muy diferentes...