La Puerta de Alcalá es, y fue testigo de todos los acontecimientos ocurridos en Madrid desde finales del siglo XVIII, también de la Guerra de la Independencia, precisamente, está situada en la Plaza de la Independencia, pese a que muchos a esta plaza la llaman de todo menos por su verdadero nombre.
En este año de conmemoraciones por el bicentenario, este monumento símbolo de Madrid, también tiene su protagonismo.

Con la invasión napoleónica de 1808, el ejército francés se acuarteló en el cercano parque del Retiro y en los alrededores de la Puerta de Alcalá se produjeron encarnizados combates que dejaron su impronta en el monumento.
Si nos acercamos a la Puerta de Alcalá, podremos ver que tiene muchas cicatrices producidas por impactos de artillería. La mayoría de estos desperfectos fueron ocasionados durante la Guerra Civil, pero algunos de ellos fueron producidos en la lucha contra el poderoso ejército de Napoleón.

Diferenciar cuáles son los desperfectos ocasionados en la Guerra de la Independencia de otros conflictos es bastante difícil, ignoro si alguien se preocupó de catalogar estos desperfectos. De lo que sí se han preocupado es de dejarlos tal y como están, pese a que el monumento ha sido restaurado en varias ocasiones, se dejaron como testimonio mudo de la historia de Madrid, de España y de Europa.