En la Plaza de Felipe II, conocida por la plaza de Dalí por el monumento a Newton que allí se encuentra y que es obra de Dalí, podemos encontrar, si miramos al suelo, unas placas de bronce insertadas en el pavimento que son muy curiosas.

Algunas de estas placas están llenas de fósiles como trilobites o ammonites, que son los típicos bichejos que todos hemos visto alguna vez o tenemos en casa, seguro que si has coleccionado alguna vez fósiles tienes varios de estos bichos, son muy fáciles de conseguir. En otras placas podemos ver objetos cotidianos y tecnológicos fosilizados.

Lo más llamativo de estas placas de bronce no son los trilobites, son las placas con elementos cotidianos fosilizados, teclados de ordenador, discman, cables, paraguas, incluso bolígrafos.

El autor de estas curiosas placas es Francesc Torres, un escultor que pretende crear una reflexión sobre la ciudad la vida y el tiempo.

He de reconocer que hasta hace bien poco no encontraba ningún sentido a esas placas de bronce con objetos fosilizados, hasta que el otro día me senté en uno de los bancos de la plaza y me quedé mirando a la placa fotografié y que ilustra esta entrada. No sé si por efecto del sol, el cansancio o por alguna paranoia mía me puse a pensar en lo que somos, fuimos y en lo que seremos dentro de millones de años, fue entonces cuando encontré el sentido a las placas del escultor Francesc Torres.