La Plaza de Oriente está poblada con numerosas esculturas de los reyes godos. En sus tiempos, esas estatuas estaban colocadas en la cornisa superior del Palacio Real pero debido a su peso y a una historia fantasmagórica que ya contaré otro día, Carlos III decidió quitarlas de allí arriba.
Algunas de esas estatuas, las que no parecían peligrosas, se quedaron en su atalaya palaciega, dos de ellas se encuentran en el segundo piso de la fachada del palacio que da a la plaza de la Armería, son estas.
Fíjate en ellas detenidamente, mira el tocado de sus cabezas, llevan plumas y eso no es propio de un godo de pelo en pecho.
Pues estas dos estatuas son nada más y nada menos que Moctezuma y Atahualpa. El motivo por el que estos dos personajes americanos se encuentren entre la realeza goda hispánica no es otro que el deseo de Carlos III por incluirles, ya que el extinto territorio Inca y Azteca eran territorios conquistados por España y el rey quiso tener este detalle con ellos.
Carlos III era feo y Borbón pero también tenía su corazoncito.
Hace 3 semanas