No es la primera vez que aparece la iglesia de San Pedro el Viejo en este blog y no es de extrañar ya que esta iglesia es una de las que guarda más historias escandalosas y misteriosas.
Uno de los personajes más populares que tuvo esta iglesia fue un calabrés llamado Genaro Andreini que en poco tiempo se convirtió en uno de los exorcistas más famosos que tuvo Madrid a princios del siglo XVII.
Genaro Andreini vino a España de peregrino para visitar el santo sepulcro del apóstol Santiago en Galicia pero, por avatares de la vida, permaneció un tiempo en Madrid y se hizo tremendamente popular gracias a sus exorcismos.
Desde la llegada de Andreini a Madrid, una legión de personas venidas de diferentes puntos de Castilla, acudían para ser exorcizados, creían estar poseídos por demonios, incluso los había que decían estar poseídos por el mismísimo Satán.
El exorcista italiano no se mostraba precisamente escéptico ni comedido, todo lo contrario, esto hacía que el populacho se sugestionase y aumentase el número de posesos.
El Santo Oficio no tuvo más remedio que poner coto a este escándalo y expulsó del reino a Andreini. Con su expulsión debió llevarse a los demonios ya que se acabaron repentinamente los casos de posesión demoníaca.
Este episodio sirvió para que Francisco de Quevedo, con su particular gracejo, se mofase del exorcista calabrés en un romance que dice:
“Venid, viejas, a San Pedro.
Llegad, que ya está el beato
Andreini con hisopos
Preparado a buscar diablos”
Hoy las posesiones demoníacas y los exorcistas han dejado de estar presentes en la sociedad, pero alguno queda, como el polémico exorcista que sigue realizando algún que otro exorcismo en la iglesia de una localidad madrileña, se trata del Padre Fortea, que como exorcista del siglo XXI cuenta con página web.
Enlaces relacionados
El Emparedado de San Pedro
Uno de los personajes más populares que tuvo esta iglesia fue un calabrés llamado Genaro Andreini que en poco tiempo se convirtió en uno de los exorcistas más famosos que tuvo Madrid a princios del siglo XVII.
Genaro Andreini vino a España de peregrino para visitar el santo sepulcro del apóstol Santiago en Galicia pero, por avatares de la vida, permaneció un tiempo en Madrid y se hizo tremendamente popular gracias a sus exorcismos.
Desde la llegada de Andreini a Madrid, una legión de personas venidas de diferentes puntos de Castilla, acudían para ser exorcizados, creían estar poseídos por demonios, incluso los había que decían estar poseídos por el mismísimo Satán.
El exorcista italiano no se mostraba precisamente escéptico ni comedido, todo lo contrario, esto hacía que el populacho se sugestionase y aumentase el número de posesos.
El Santo Oficio no tuvo más remedio que poner coto a este escándalo y expulsó del reino a Andreini. Con su expulsión debió llevarse a los demonios ya que se acabaron repentinamente los casos de posesión demoníaca.
Este episodio sirvió para que Francisco de Quevedo, con su particular gracejo, se mofase del exorcista calabrés en un romance que dice:
“Venid, viejas, a San Pedro.
Llegad, que ya está el beato
Andreini con hisopos
Preparado a buscar diablos”
Hoy las posesiones demoníacas y los exorcistas han dejado de estar presentes en la sociedad, pero alguno queda, como el polémico exorcista que sigue realizando algún que otro exorcismo en la iglesia de una localidad madrileña, se trata del Padre Fortea, que como exorcista del siglo XXI cuenta con página web.
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